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  1. Las "locomotoras"

    martes, 13 de noviembre de 2012


    « Querido hijo:
    ¡Me encantan las castañas! Me gustan de cualquier manera: crudas, asadas, cocidas con monda o sin ella, pilongas, en almíbar, glaseadas, en puré. Su sabor es especial y diferente según sea la forma de prepararlas. Un olor escandaloso que no se puede ocultar es el que desprenden las castañas que se están asando. En otoño, cuando se instalan las castañeiras con sus "locomotoras" en algún lugar de la ciudad, el aroma se extiende gratamente por su entorno, invitándote a tomar un cucurucho y, de paso, calentarte un poquito las manos.





    Puedes ver algunas recetas con castañas en Recetas de repostería tradicional de la cocina familiar gallega y portuguesa ps. 50, 74, 91, 92.
    En una de las recetas te explico cómo elaborar harina de castañas, aunque ahora es relativamente fácil encontrarla en el mercado. Este año me decidí a preparar castañas para envasar al vacío o congelar, y así poder utilizarlas para acompañar otros platos en momentos en que no se encuentran frescas. Hace algunos años, este problema se solucionaba con las castañas pilongas que se conservaban durante todo el año y no había más que rehidratarlas poniéndolas a remojo, pero cada vez resulta más difícil encontrarlas.
    Castañas para envasar al vacío o congelar
    Se pelan las castañas, retirándoles la monda marrón exterior. Se escaldan durante tres minutos en agua hirviendo. Se retiran del agua y se dejan enfriar, ahora se puede retirar con facilidad la piel interior. Se colocan en una bolsa para envasar al vacío o para guardar en el congelador y esperar el momento de utilizarlas. 
    En pleno San Martiño he recibido un excelente regalo: dos perdices y una liebre y lo que es mejor, perfectamente limpias y preparadas para cocinar. Ya ves, así el tema para conversar nos viene rodado. Decidí guardar la liebre en el congelador y preparar primero las perdices. Seguiremos hablando.
    Besiños »

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