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  1. Flores de Carnaval

    sábado, 23 de febrero de 2013

    ¡Hola!

    Supongo que estaréis disfrutando de ese viaje al Caribe, así que mientras aprovecho para subir el vídeo que hicimos mientras elaborábamos las flores de Carnaval.
    La verdad es que al principio parecía difícil, por la delicada forma de este dulce, pero con una profesora así, nos salió a todos enseguida, al final Aldo, Patri y hasta yo hicimos unas cuantas con tu ayuda. La pasta sé que está perfectamente explicada en el libro Recetas de la cocina familiar gallega, pero mejor nos la recuerdas tú misma cuando vuelvas.
    El recipiente adecuado para hacerlas es una sartén pequeña y honda, o en su defecto, como hicimos nosotros, en un cazo pequeño. Una vez preparada la pasta en un recipiente adecuado para sumergir el molde, nos disponemos a freír las flores.
    En abundante aceite doramos una monda de naranja y otra de limón y las retiramos. Sumergimos el molde para que se caliente, y una vez caliente y escurrido de aceito lo sumergimos a su vez en el molde de la pasta, casi hasta el borde, pero con cuidado de no sobrepasarlo. Escurrimos la pasta sobrante en el mismo recipiente, y lo sumergimos en el cazo con el aceite.
    Y ahora viene el "toque maestro". Tras sumergirlo en el aceite unos segundos, lo vamos subiendo y soplamos para que la pasta se despegue del molde. Una vez que vemos que se ha despegado correctamente, lo volvemos a sumergir hasta que esté hecha. Una vez hecha, la separamos con un tenedor (por ejemplo) sin que se rompa y le damos la vuelta, volviendo a sumergirla por ese lado para que se haga.
    Se hacen en muy poquito tiempo, entonces las retiramos y las ponemos sobre una bandeja con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Las espolvoreamos con azúcar, avainillado si se puede, y ¡listas para comer!
    ¿La verdad es que tienen una pinta estupenda eh?
    Pero como una imagen vale más que mil palabras:




    ¡Un beso!

  2. Menú de Carnaval

    miércoles, 13 de febrero de 2013


    « Querido hijo:
    Como habíamos hablado, hoy te describiré un menú típico de carnaval. Es muy sencillo y no tiene mucha ciencia, pero vamos a hacer algunas precisiones para que todo salga bien. A mí me parece que el lacón con grelos puede resultar un poco seco, así que lo acompañamos con otras partes del cerdo y queda más sabroso el plato.
    Hoy, martes de carnaval, cociné para 15 personas. El menú: lacón, cacheira y chorizos con grelos y patatas. Utilicé un lacón de unos 3 k , una cabeza de cerdo (2 medias), 8 chorizos de carne, 6 chorizos de cebolla, 18 patatas medianas, 3 buenos manojos de grelos de Santiago. Comimos todos bien, y sobró bastante carne. El lacón, cortado en cinco trozos, y la cabeza, en cuatro, estuvieron en remojo desde el domingo, cambiando el agua varias veces. A las 10 de la mañana puse la carne a cocer con agua en una olla de porcelana grande, bastante grande. Primero a fuego fuerte hasta que se produjo la ebullición, entonces con la espumadera, retiré la espuma que se formó en la superficie. Tapé la olla y la dejé a fuego medio. De vez en cuando movía  los trozos de carne dentro de la olla para evitar que alguno se pegase al fondo. A las 12, más o menos, bajé el fuego al mínimo y así lo dejé hasta las 2. Como a esta hora la carne estaba cocida, la retiré del caldo y la coloqué en una tartera tapada para que no enfriase. En el caldo de la olla puse a cocer los grelos, lavados y escogidos, las patatas peladas y los chorizos. A las 3 estaba la mesa servida con la carne troceada en fuentes, los chorizos troceados, los grelos y las patatas. Tenía la idea de hacer fotografías para ponerlas, pero a última hora me olvidé de hacerlas.
    El postre: flores de carnaval y orejas. Por supuesto estaban hechas desde el día anterior. Tú me ayudaste a hacerlas porque querías aprender, así que esa parte la dejo para que la escribas tú.
    Después de estas fiestas y de comida contundente tras comida también contundente, tu padre y yo nos vamos al Caribe durante dos semanas y pico, (pero no pico de ave, ni pico de picar, sino pico de tiempo, de días). Así que estaré este tiempo sin escribirte para contestar a tus dudas culinarias.
    Tengo ganas de probar comidas diferentes y de comer fruta tropical en el trópico. Espero aprender cosas y regresar con alguna idea nueva para aplicar en la cocina. Ya comentaremos.
    Muchos besos »

  3. Risotto de grelos

    lunes, 11 de febrero de 2013


    « ¡Hola!
    Seguimos con los grelos, ya que estamos en temporada de esta verdura tan nuestra.
    Y como no solo de pan vive el hombre, hoy hablaremos un poco de literatura.
    Hace ya algún tiempo, nuestra Lidia, nos dio a conocer unas obras de escritores europeos contemporáneos traducidos al gallego y publicados por la editorial Rinoceronte. Son novelas y relatos cortos muy originales e imaginativos, cuya lectura me ha parecido, además de deliciosa y de goce para los sentidos, como una bocanada de aire fresco para nuestras letras. Las primeras que leí fueron «O tradutor cleptómano» y «O outono do xardiñeiro». La última, «Montididio», es un relato autobiográfico de un escritor italiano poco conocido, Erri de Luca. El protagonista, un adolescente que se encuentra con la vida, vive en el barrio napolitano Monti di Dio. Escribe su diario en el resto de una bobina de papel que le ha regalado el dueño de una imprenta. Una cruda realidad narrada de una manera...yo diría virgen, fresca y auténtica que conmueve al lector. Se trata de una obra difícil de traducir, está escrita en italiano, pero hay muchas frases en napolitano e incluso en hebreo (lengua de un personaje). Creo que es un trabajo bien hecho, vale la pena leerla. Y mira tú, por donde, una de las comidas invernales del protagonista es pan con nabizas fritas.
    Así que se me ha ocurrido la idea de hacer una conexión Galicia-Italia-Portugal.
    Conectaremos con el bonito blog que hacen Patri y Silvia. Nos dan la receta de «Pizza La Campania, con cime di rapa, pancetta e ricotta». La pizza la elabora Aldo, aprendió a hacerla en Nápoles, donde le ofrecieron «i cimi di rapa» como una verdura exclusiva de aquella zona ¡Y eran grelos!   Ya siento el sabor de esa sabrosa pizza crujiente en la base, contrastando con la suave cremosidad de la ricotta fundiéndose en un abrazo con los grelos y la panceta.
    Para continuar con la línea italiana, yo haré «Risotto con grelos». Cocinar un risotto es fácil: los ingredientes y 20 minutos. Si queremos hacer un buen risotto, necesitamos, además de los ingredientes, un poco de paciencia. El arroz tiene que ir haciéndose muy lentamente, sin dejar de removerlo para que absorba todo el líquido que le vamos proporcionando, suelte el almidón hasta conseguir que sus granos se vean inmersos en una suave y sabrosa melosidad que se ha quedado con todos los sabores de los ingredientes.
    Necesitamos: un manojo de grelos (solo utilizaremos unos pocos), un pedacito de unto o de tocino, una tacita de arroz redondo SOS, 3 tazas del agua de cocción de los grelos, 30 g de mantequilla, 50 ml de aceite de oliva virgen extra, 30 g de queso parmesano rallado y sal. Elaboración: Limpiamos los grelos, los ponemos a hervir en el agua con sal y el trozo de tocino o unto. Cuando estén cocidos, los escurrimos bien, pero reservamos el agua. Elegimos unos pocos y los troceamos con un cuchillo (El resto lo reservamos para otra elaboración). En una cazuela, a fuego suave, ponemos la mantequilla a fundir con el aceite. Añadimos el arroz, removiendo con una cuchara de madera hasta que se empape en la grasa. Ahora, vamos agregando, poco a poco, el agua de la cocción que ha de estar caliente. Así, sin dejar de remover durante 15 minutos. Entonces, incorporamos los grelos troceados, los mezclamos bien con el arroz. Seguimos incorporando el agua que habíamos separado, hasta finalizar a los 20 minutos. En ese momento, el agua de la cocción, el almidón, el aceite y la mantequilla, deben haber formado una emulsión suave y homogénea que envuelve los trocitos de grelo y los granos de arroz.
    Para servir, espolvoreamos con el queso parmesano y ¡listo para comer!
    Ciao, bjs. »

  4. Anticipando la Cuaresma

    lunes, 4 de febrero de 2013

    ¡Hola!
    Ahora sí que estamos en tiempo de buenos cocidos, grelos, lacones y demás. Pero también estamos en buena época para el consumo de un pescado bastante apreciado y muy famoso en nuestro país vecino: el bacalao.
    El fin de semana fuimos a visitar Guimaraes, y pudimos probar un bacalao al horno con brau y grelos delicioso (aunque lo que en Portugal se le llama grelos no tiene mucho que ver con lo que aquí conocemos). Creo que Aldo también aprovechó para preparar una receta (no sé si aprendida en Oporto) de ese mismo manjar cuyo resultado resultó muy apreciado por los comensales, habrá que decirle que la repita para poder catarla, o en caso contrario, que nos la explique bien...
    En fin, que yo también decidí preparar un bacalao con un toque algo más gallego, pero renovado: un bacalao confitado con puré de coliflor. Primero cocí la coliflor en leche para que quedase más tierna, aprovechando después una parte del líquido para machacarla junto a un poco de pimienta y hacer un puré más ligero y con más presencia de coliflor. Después en un cazo calenté aceite con un diente de ajo. En cuanto éste cogió algo de temperatura (sin llegar a hervir ni mucho menos, tomando el ajo como referencia), introduje un par de preciosos lomos de bacalao y aparté el cazo del fuego, dejando que se confitasen. Los mantuve unos 5 minutos, dándoles la vuelta para que se hiciesen en su justa medida por los dos lados y los retiré después a un papel para eliminar el exceso de aceite.



    Lo presenté con el puré de coliflor debajo, y el trozo de bacalao encima, con un toque del pimentón de la Vera que tú me regalaste (buenísimo) y una gota de aceite. Podría haberle hecho una buena ajada que seguramente le hubiese venido al pelo, pero opté por una opción algo más sencilla que también le aportó un toque delicioso. Realmente estaba bueno, porque además el punto de sal del bacalao era perfecto y hay que decir que el hambre a esa hora también apretaba.
    Pero creo que durante toda esta semana el bacalao podrá esperar, ¡tenemos muchas ganas de lacón!
    Besos.