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  1. Guindas: mermelada y licor

    lunes, 29 de septiembre de 2014

     ¡Hola! voy a concluir estas recetas que tenía pendientes.

     La guinda es el fruto del guindo o guindal, árbol de la misma familia que el cerezo aunque no llega a alcanzar sus dimensiones. El fruto es ácido, un poco más pequeño que cualquier tipo de cereza y con el rabo más corto. Es ideal para elaborar mermelada y el delicioso licor de guinda tan apreciado en el norte de España.
    La frase échale guindas al pavo se popularizó a raíz del éxito de una canción de la película española de 1934, Morena Clara, pero en realidad es mucho más antigua y se refiere al hecho de arrojar guindas al dragón de cartón pintado, o Tarasca, que desfilaba en fiestas y procesiones castellanas, hecho que agradecían los portadores del dragón escondidos en su interior. Así que la frase, en su origen,  no tiene nada que ver con la cocina del ave. Otra frase, poner la guinda, significa dar por finalizada una actuación con éxito, esta sí que tiene que ver con un hecho gastronómico como es poner la guinda a un pastel como último paso en su elaboración.
    Recogemos algunas guindas de los árboles para elaborar mermelada y licor. La verdad es que bien podrían madurar un poco más, pero los voraces y hambrientos mirlos nos dejarían sin ellas.









     MERMELADA DE GUINDAS
    Lavamos las guindas, les retiramos el rabo y el hueso. Al tirar por el rabo sale todo junto, reservamos los huesos y tiramos los rabos. Colocamos los huesos en un trozo de gasa para hacer un paquetito con ellas que quede bien atado.



    Pesamos las guindas, las ponemos en un recipiente para cocinar, añadimos justo la mitad de su peso en azúcar. Mezclamos todo bien y cuando el azúcar está disuelto lo ponemos al fuego junto con el atado de huesos. Dejamos que se haga a fuego lento, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera, hasta que la mermelada llega a su punto. En ese momento la retiramos del fuego, quitamos el paquetito de huesos e introducimos la mermelada en frascos esterilizados.
    Esta mermelada acompaña muy bien al foie gras y a la caza.

     LICOR DE GUINDAS
    Yo elaboro este licor con aguardiente de orujo, procedente de la destilación del hollejo de las uvas. En los lugares en los que no se hace vino y también en la elaboración industrial utilizan un producto que popularmente llaman caña de holanda, (holanda es el nombre que se da al aguardiente de baja graduación, tal vez, en su origen, el término holanda se refiriese al recipiente en el que se guardaba), que no es más que el resultado de la destilación de vinos que no son apreciados para el consumo y que se rebaja con agua hasta los 36º o 40º.
    Lavamos las guindas, les retiramos el rabo con suavidad, para que no salga con el hueso, ya que debe quedar dentro de la guinda. En una ocasión, porque lo vi en una receta, dejé el rabo a las guindas, pero el resultado no me gustó, así que no he vuelto a repetirlo.
    En un frasco de cuello ancho introducimos un l de aguardiente, 1/2 k  de guindas, 1/2 k de azúcar y un palo de canela en rama.




    Los primeros días movemos el frasco para que se disuelva el azúcar, luego lo dejaremos reposar por lo menos durante 6 meses. Es decir, elaboramos el licor en el mes de junio y en diciembre podrá estar en su punto.
    Para degustarlo lo servimos en copa pequeña de cristal, si cae una guinda, será bien recibida. Al acabar el líquido nos la comemos y disfrutaremos de su explosivo sabor.
    Espero que te guste y yo, ponerme al día para enseñarte alguna receta para conservar un fruto de esta época tan lujurioso como lo es el higo.

     
     

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