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  1. Higos: En mermelada y en almíbar

    lunes, 20 de octubre de 2014

    El higo es el fruto de la higuera, parece ser que fueron los primeros frutos que se cultivaron. La higuera procedente de Asia Menor se extendió por todo el Mediterráneo ya antes de la época dorada de las civilizaciones griega y romana, que tanto valoraban y apreciaban este fruto. Los griegos decían que el fruto era un regalo de la diosa Deméter, le atribuían cantidad de virtudes no solo alimenticias sino también medicinales. Hay muchas variedades de higos, Plinio en su Historia Natural ya reconoce más de 29. En el Génesis es una higuera  la que se identifica con el árbol del bien y del mal.
    Hay higos blancos, higos verdes, higos violeta. Por dentro unos son blancos, otros rosados y otros rojos. Una especie que tiene un nombre tan sugerente como cuello de dama, es la que se utiliza  para secar. Los higos maduros son deliciosos, dulces, jugosos, tiernos...es una de nuestras frutas con connotaciones más voluptuosas, de la especie que sea, desde las tempranas brevas hasta los pequeños y reventones migueles de finales del verano, verde tierno por fuera, rojos en su interior.
    La higuera es un árbol que tiene muy mala prensa en el saber popular, que si tiene mala sombra, que si es falsa... sin embargo, ahí la tienes  creciendo en casi todas las latitudes afanándose en regalarnos, algunas,
    sus dos cosechas siempre sabrosas.

    MERMELADA DE HIGOS
    Elegimos los higos más maduros, los lavamos y les sacamos el cuello, pesamos, troceamos y añadimos la mitad de su peso de azúcar. Dejamos reposar hasta que se disuelva el azúcar. Entonces ponemos al fuego, al principio fuerte para bajar en el primer hervor.


    Dejamos hervir durante una media hora, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera, hasta que vemos que la fruta se va dorando y percibimos el aroma de las semillas del higo tostadas. Finalmente añadimos el zumo de medio limón aplastamos la fruta con un pisa purés.



    Introducimos la mermelada en los frascos previamente esterilizados. Dejamos enfriar los frascos con la tapa hacia abajo. Ponemos etiquetas con el nombre del contenido y fecha. se conservan en perfecto estado durante 6 meses.

    HIGOS EN ALMÍBAR
    Ahora elegimos higos maduros pero que no estén abiertos ni tengan grietas en la piel. Los pesamos, por cada 1/2 k de higos elaboramos un almíbar con 400 g de azúcar por 200 g de agua.



    Al hervir el almíbar introducimos en él los higos uno a uno. En el momento que se reinicie la ebullición ponemos el fuego al mínimo y dejamos cocer los higos lentamente durante 10 minutos, dándoles vuelta de vez en cuando. Añadimos el zumo de medio limón. Introducimos los higos en los frascos que rellenaremos con el almíbar.




    Procedemos como para la mermelada, ponemos los frascos a enfriar boca abajo, etiquetamos y guardamos en lugar fresco.
     ¡Hasta pronto!



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