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  1. Las galletas de nata de mi amiga Tere

    domingo, 7 de septiembre de 2014

               Tengo algunas recetas pendientes para enseñarte y para incluir en este blog. Trataré de mostrártelas poco a poco.
          Reiniciaré este espacio con una receta muy fácil de elaborar, económica y lo que es mejor, le gusta a todos los que la prueban. Así que ahora te toca aprenderla a ti. Fíjate que yo he hecho galletas de nata, tengo dos recetas en mis libros de cocina que tratan de recuperar aquella receta casera que se hacía con la nata  formada en la superficie de la leche al hervirla. Estas son más sencillas de hacer y son sabrosas. ¿Las adoptamos?
          Me enseñó a hacerlas mi "compa" de bachillerato, Tere Rubio Alvariño, durante mi último viaje a Ferrol. Ella me decía que debía aprender a hacerlas porque tenían mucho éxito sobre todo entre la gente menuda. Yo he comprobado que lo tienen entre los "menudos" y entre los que no lo son tanto.
          Cuando me contaba Tere su historia con estas galletas, porque tienen su historia ella y las galletas, yo me imaginaba que  podríamos llamarles "galletas viajeras". Hace galletas a miles para todo el mundo y más allá: para sus hermanas, sus sobrinos, para los alumnos de su colegio, para los hijos de sus vecinos, para los hijos y nietos de sus amigas y amigos, para los sin techo, para los que llegan, para los que marchan. Para todos.
    - Mujerr, si no tardo ni diez minutos en hacerlas. Y se pone a hacer una nueva hornada de galletas para que te las lleves. Así es Tere.
    - Además, se conservan muy bien durante tiempo, no llevan huevo. Puedes guardarlas en una caja y estarán mejor. Yo las he enviado a Inglaterra, a Alemania, incluso las llevaron unos amigos que marcharon a Australia  porque les gustaban mucho a sus hijos. También son buenas para llevar en el coche y comerlas, en viajes largos- decía ella.
       Lo que yo te digo: galletas viajeras.
       Los ingredientes que se necesitan son: una medida de nata líquida de la de montar, otra de azúcar, un poco menos de la medida de aceite de oliva de 0´4º, ralladura de limón y la harina que admita para poder manipular la masa. El perfeccionista en la cocina se pondría nervioso con estas medidas. Ahora te lo explico mejor. Yo utilizo como medida una tacita pequeña de café, 100ml, más o menos. Necesito unos 300g de harina para hacer la masa. Con esta cantidad salen unas 50 galletas que coloco en dos bandejas de horno. ¡Ah! se me olvidaba, a las galletas se les da forma con cortapastas.
          Ponemos en un cuenco el azúcar, la nata, el aceite y ralladuras de limón, con una cuchara de madera mezclamos todo. Vamos incorporando la harina poco a poco, removiendo con la cuchara, hasta que no se pueda más, entonces utilizamos las manos para amasar y que se mezcle todo bien hasta que la masa no se pegue.
          Estiramos la masa con un rodillo, le damos formas variadas con los cortapastas y las colocamos sobre papel de horno en las bandejas. las introducimos en el horno caliente a 180º, durante 10 minutos, ya vemos que se van dorando ligeramente. al sacarlas las espolvoreamos con azúcar glas.
          Poco a poco nos iniciaremos en la técnica de adornarlas y acompañarlas con otros ingredientes. podemos empezar por colocar ojos en las figuras de animalitos con cerezas glaseadas, o con chocolate... las posibilidades dependen de nuestra imaginación.




          También se me ocurre pensar que estas galletas merecen ser guardadas en una caja bonita. Este tema lo dejamos para otro día.
          He consultado en varios libros de cocina y en internet. Esta receta con estos ingredientes no la he encontrado. La mayoría  de las recetas de "galletas de nata" llevan huevo y mantequilla. Lo que está claro es que pertenece a la cultura mediterránea, del aceite, no a la del norte, de la mantequilla.
          Las galletas siguen viajando. Me he enterado de que en Campo Nogara, cerquita de Venecia las ha hecho, con resultado óptimo y presentación de cine, Silvia. Las veremos pronto en "Un toque de azafrán".
          Hay recetas que se van transmitiendo de unas personas a otras. No conocemos exactamente su origen, sí son una preparación colectiva o una receta de autor. Yo creo que esta es una variante de las galletas de nata tradicionales de elaboración casera y por todas las razones que te he contado creo que  merecen llevar el nombre de Mª Teresa Rubio Alvariño. Para abreviar yo las llamo siempre: las galletas de Tere.

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